Osteopatía: Hola Jason, muchas gracias por recibirnos. Estamos muy contentos de poder hablar con vos. Esta charla es realmente una oportunidad única para el mundo osteopático en Argentina y en toda Latinoamérica. Va a ser increíble cuando todos se enteren que estamos teniendo esta conversación.

Jason Haxton: Yo también estoy muy contento. Siempre disfruto mucho dar entrevistas y espero poder brindarles información jugosa (se ríe).

Osteopatía: Para empezar, nos gustaría conocerte un poco más. ¿Quién sos y cómo llegó la osteopatía a tu vida?

Jason Haxton: Bueno, creo que como muchos... por accidente (ríe). Tuve una lesión hace muchísimos años —ya casi ni la recuerdo— y fui al campus de osteopatía a buscar a un amigo. Allí un profesor me vio y me ofreció ayuda con mi cuello. Yo le respondí: “¿Qué dice este señor? Si no tengo nada en el cuello”. Pero me contestó que tenía una vértebra fuera de lugar. Me parecía una locura. Me pidió que girara la cabeza y ahí noté que lo hacía con todo el cuerpo, no podía girar solo el cuello. Apenas trabajó sobre él, sentí un cambio impresionante en todo mi cuerpo. No lo podía creer, fue una sensación de bienestar general.

Osteopatía: Pensaste “¿qué hizo, magia”?

Jason Haxton: ¡Sí! Es que realmente la osteopatía es magia.

Osteopatía: Y de ahí en adelante, ¿cómo siguió tu historia?

Jason Haxton: Con el tiempo obtuve diferentes diplomas en enseñanza, historia, arte y salud. Eventualmente llegó la oportunidad de trabajar en el Museo de Osteopatía A.T. Still. Ya llevo 24 años aquí.

Osteopatía: ¡Eso es maravilloso! ¡Toda una vida! ¿Sos osteópata?

Jason Haxton: No, pero tengo un diploma de honor otorgado en Alemania por mis primeros 20 años de trabajo y estudio en esta área. Es un título honorario DO, algo muy raro; hay quizás 4 o 5 en el mundo. Estoy muy orgulloso. No atiendo pacientes, pero tengo todo el conocimiento en mi cabeza.

Osteopatía: ¡Felicitaciones, Jason! ¿Cuál es tu rol dentro del museo?

Jason Haxton: Una de mis tareas es traer grupos internacionales al campus para que aprendan más sobre técnicas osteopáticas y generen relaciones. Por ejemplo, este semestre vendrán personas de Italia, Francia, Japón... Todos hacen distintos programas de entrenamiento. Ustedes también podrían venir y trabajar junto a los DO en distintas técnicas.

Osteopatía: ¿Y cómo se generan esos lazos?

Jason Haxton: Viajando. El año pasado estuve en congresos en Sidney por la Alianza Internacional Osteopática (OIA), también en Brasil por el CIOST Latin Osteopathic y en Berlín por el German Osteopaths. Mi objetivo es difundir y vincular la osteopatía a nivel global, principalmente mediante conferencias sobre la universidad y el museo. Amo mi trabajo. Es un camino maravilloso el que hacen ustedes como osteópatas, porque ayudan a las personas.

Osteopatía: ¿Enseñan también a médicos?

Jason Haxton: Sí. En mayo, por ejemplo, damos un curso para médicos. Ellos no van a tratar pacientes como osteópatas, pero queremos que aprendan a observar de forma diferente, y a derivar cuando corresponde. Se les brindan herramientas para tener una mirada global del paciente.

Osteopatía: Es impresionante que desde la osteopatía se pueda influir en cómo los médicos observan al paciente.

Jason Haxton: Exactamente. Hoy entienden que tenemos algo que enseñarles. Hace años nos veían como gente que hacía “brujería”, pero ahora se reconoce nuestra formación. Hoy trabajamos en comunidad. Juntos ayudamos al paciente. Ver ese cambio ha sido una suerte enorme.

Osteopatía: Con todo esto, se nos viene una pregunta clave: ¿qué necesita tener una escuela para poder decir que enseña osteopatía?

Jason Haxton: El desafío principal es el respaldo gubernamental. El gobierno debe entender que la osteopatía tiene que estar legitimada, tanto para proteger a las escuelas como a los estudiantes. Luego, claro, está el tema de la currícula: qué se va a enseñar, cómo, y cuántas horas. Existe un programa llamado OsEAN que ayuda a las escuelas a tener una currícula acorde a los estándares necesarios para mantener la paridad en la educación osteopática a nivel mundial. Es decir, si estudiás en Argentina, China o Suiza, debería ser todo equivalente. ¡No hay que inventar nada nuevo! Por ejemplo, la mayoría de las escuelas de Sudamérica provienen de la escuela de Madrid. Los osteópatas de Portugal se formaron a partir de Sudáfrica, los franceses de Inglaterra, e Inglaterra originalmente de Estados Unidos.

Osteopatía: Tengo entendido que existe una alianza internacional de osteópatas que define ciertos estándares para las escuelas. ¿Es así?

Jason Haxton: Sí, existe la OIA (Osteopathic International Alliance). Justamente por su conferencia estuve en Sídney el año pasado. Cualquiera puede asistir y es una fundación muy recomendable para construir relaciones globales y recibir entrenamiento. La próxima conferencia será este invierno en Toronto, Canadá. También existe la CIOST, una organización de habla latina que incluye Italia, Portugal, España y todos los países de Sudamérica. Ellos también organizan encuentros y conferencias.

Osteopatía: Según tu mirada, ¿es beneficioso que la osteopatía forme parte del sistema de salud? Porque hemos visto que, en países donde está regulada, como Inglaterra, los profesionales muchas veces se ven limitados a la hora de trabajar.

Jason Haxton: Es una muy buena pregunta. Para mí, todo médico debería saber de osteopatía y tener un conocimiento profundo de anatomía. Eso les permitiría determinar si, abordando al paciente desde la anatomía y fisiología, se puede resolver el problema, sin necesidad de ir directamente a la cirugía o la medicación. El Dr. Still decía lo mismo. Hay una anécdota: un paciente llega creyendo tener neumonía, y él ya estaba por medicarlo. Pero al observarlo globalmente, notó que tenía algunas costillas desalineadas. Cuando las acomodó, los síntomas desaparecieron. Por eso repito: todo médico debería conocer medicina manual, al menos lo suficiente para identificar qué casos requieren de tratamiento osteopático, y así derivarlos antes de utilizar otros recursos más invasivos. Para mí, la osteopatía no debería estar limitada por estar dentro del sistema de salud, porque estas son justamente sus bases. La mayoría de los malestares tienen un origen anatómico, y deberíamos empezar siempre por ahí: observar al paciente. Si la anatomía está bien, recién ahí podemos pensar en otras causas, como virus, bacterias, cáncer, genética. Pero primero, siempre primero, mirar al paciente.

Osteopatía: Eso responde en parte a lo que sería mi próxima pregunta: ¿Es por ello que viajás tanto por el mundo promoviendo la osteopatía?

Jason Haxton: ¡Totalmente! Y también porque a mí y a mis hijos la osteopatía nos hizo bien. De una forma simple. Problemas que podrían haber durado años, con medicación o incluso cirugía, se resolvieron con osteopatía. Por eso, realmente… la osteopatía es mágica (se ríe).

Osteopatía: (ríe) ¡Ésa es una de nuestras frases célebres en la revista! ¿Magia? ¿Algo de magia hay? Porque tenemos técnicas, tenemos anatomía, fisiología, años de estudio… pero ocurre algo en el cuerpo y en la osteopatía que parece magia, ¿no?

Jason Haxton: Totalmente. Yo creo que el simple hecho de estar vivos ya es mágico. El cuerpo humano es mágico. Lo que hacemos como osteópatas es trabajar con dicha magia. Ajustamos aquí y allá, pero es el cuerpo el que se encarga del resto: limpiar, desintoxicar, reparar. Por eso le decimos al paciente: “dale unos días para que el cuerpo termine el trabajo”. El Dr. Still decía: “Encontrá el problema, poné las cosas donde deberían estar, sabé cuándo frenar como osteópata… y dejá que el cuerpo haga su parte.” - Find it, fix it, leave it alone, let nature do the rest.

Osteopatía: ¿Y qué es para vos la osteopatía? ¿Cómo la definirías?

Jason Haxton: Wow... ¡Magia, simplemente magia! (se ríe). Podría decir que es la habilidad de devolver al organismo a su normalidad cuando lo necesita. Todos vamos a morir en algún momento, pero con buena osteopatía podemos tener una mejor calidad de vida, una mejor salud mental y retrasar ese final. La vida es un viaje para amar y compartir, y la osteopatía nos da más tiempo para eso.

Osteopatía: Me gustaría preguntarte ahora sobre el trabajo del Dr. Still. ¿Cómo era él? ¿Trabajaba de manera más mecánica, más suave…? ¿Tenía un estilo definido?

Jason Haxton: Still solía decir: “La osteopatía depende del paciente.” Si alguien es joven y fuerte, quizá se puede usar una técnica con fuerza, como un thrust. Pero si alguien es más frágil, se puede trabajar con la fascia, o utilizar técnicas de energía muscular. Él creía que hay muchas formas de ayudar al cuerpo, y que el profesional debe decidir cuál es la correcta en ese momento, para ese paciente. Aunque también decía que, si se usan técnicas de alto impacto todo el tiempo, se termina dañando al paciente. De hecho, él trabajaba de manera muy sutil. Algunos pacientes le pedían escuchar el famoso “pop” y él respondía que quizás suene, quizás no, pero el sonido no es el objetivo. El “pop” es solo gas liberado de las articulaciones. ¡Yo puedo hacer sonar mis dedos ahora y en 10 minutos volverán a sonar! (ríe)

Osteopatía: ¿Y qué pasa con Sutherland? ¿Él descubre el MRP y todo lo relacionado al cráneo? ¿Still sabía de eso?

Jason Haxton: Still sí tenía alguna noción. Él trabajaba de la cabeza a los pies, como decía siempre, pero también reconocía que ya era grande y no tenía el tiempo ni la energía para dedicarse a estudiar el cráneo como correspondía. Por eso le delegó esa tarea a Charlotte Weaver. Ella observó que el cráneo parecía estar formado por tres vértebras deformadas. Y si eran vértebras… entonces también podían ajustarse como la columna. Sutherland es un caso aparte. De chico, trabajaba en la imprenta de un diario, armando textos letra por letra. Eso le dio una habilidad única de precisión y sensibilidad en las manos. Cuando la imprenta se modernizó y quedó sin trabajo, vino a Kirksville. Allí Still lo conoce y le ofrece una beca para que estudie osteopatía, a cambio de que difunda la disciplina escribiendo sobre ella. Cuando comenzó a tratar pacientes, todos notaron su talento palpatorio, y él empezó a notar diferencias en los cráneos que se relacionaban con síntomas físicos. Fue ahí que se metió de lleno en el estudio craneal y lo compartió con el resto.

Osteopatía: ¡Qué fascinante! ¿Y cómo era Still como persona? ¿Cuál era su carácter?

Jason Haxton: Si estuvieras entrevistando a Still, ¡sería muy difícil! (ríe) No le gustaba que los estudiantes aprendieran imitando lo que él hacía. Quería que aprendieran desde su propia percepción, no copiando técnicas. Él enseñaba anatomía y fisiología en profundidad, para que cada quien encontrara su propio camino como osteópata. Es como los gimnastas: todos tienen las mismas técnicas, pero la manera en que las aplican los hace únicos. Lo mismo con los osteópatas. Por eso Still dejaba espacio para que los alumnos sintieran y entendieran por sí mismos, y eso frustraba mucho a los estudiantes, que querían que les “mostrara” qué hacer. Él decía: “No, ustedes tienen que descubrirlo. Tiene que salir de ustedes.” No quería reconocimiento, no tenía ego. Hoy se ve mucho ego en nuestra profesión. Hay quienes dicen: “Yo tengo la técnica mágica de energía muscular que resuelve todo.” Still ya decía en su época: “Nadie inventa nada.” Sutherland también decía: “No debemos hablar de osteopatía craneal o visceral. Todo es osteopatía.” Y Still afirmaba: “No existen técnicas separadas. Todo es tratamiento manual, y por lo tanto, osteopatía.”

Osteopatía: Entonces podríamos decir que la osteopatía no se define por técnicas, sino por sus conceptos, ¿no?

Jason Haxton: ¡Exactamente! Y eso es muy difícil de enseñar. Lo importante no es memorizar técnicas, sino entender anatomía, fisiología, y aplicar los principios sobre el paciente real. Muchas otras terapias manuales venden “paquetes” de 10, 15 o 20 sesiones. En cambio, el osteópata, cuando el paciente pregunta cuántas sesiones va a necesitar, tiene que responder: “Depende de vos, de tu cuerpo, de tu situación.” En mi caso personal, una sola sesión resolvió un problema que arrastraba hace años. Claro que hay casos más complejos que requieren más tiempo. Pero para Still, si necesitás 50 sesiones para un tratamiento, probablemente no sea bueno para el cuerpo. Es una mirada muy diferente.

Osteopatía: Tengo anotadas las cuatro leyes clásicas de la osteopatía. Me gustaría repasarlas con vos para confirmar si son correctas, y que nos ayudes a entender qué significan realmente.

1. El cuerpo es una unidad.

2. La ley de la arteria es absoluta.

3. La estructura gobierna la función.

4. El cuerpo tiene la capacidad de autocuración.

¿Son estos los cuatro pilares de la osteopatía?

Jason Haxton: Es una gran pregunta. Alrededor de 1890, cuando Still establece las bases de la osteopatía, en realidad había unos nueve principios, y entre ellos se incluían cosas como la higiene, la dieta y el movimiento. Con el tiempo, estos principios se fueron condensando, y hoy en día la AOA (American Osteopathic Association) los ha revisado para actualizarlos. Por ejemplo, al primer principio, "El cuerpo es una unidad", se le agregó: "cuerpo, mente y espíritu", que es algo que Still ya mencionaba. Respecto a "La ley de la arteria es absoluta", es una frase famosa de Still, pero la AOA no la considera un principio oficial. Aun así, tiene sentido: él decía que había que mantener los canales libres para que la salud llegue —nutrientes, oxígeno, circulación— y que los desechos puedan salir. Así que, aunque no esté en la lista oficial, sigue siendo un concepto muy válido. (se ríe) En cuanto a "El cuerpo tiene la capacidad de autocuración", sí, es uno de los fundamentos actuales. El cuerpo siempre está buscando el equilibrio, la homeostasis. Se autorregula y se repara a sí mismo, y el osteópata trabaja para facilitar ese proceso. Y claro, "La estructura gobierna la función". Si una estructura del cuerpo no se mueve como debería, va a afectar su función, y probablemente eso se transforme en un problema más adelante. Ahí es donde intervenimos nosotros.

Osteopatía: ¿Cual sería entonces la cuarta ley?

Jason Haxton: La AOA dice “el tratamiento basado en las tres leyes anteriores”. Para mí es un poco redundante. Si tuviera que darte mi versión personal de la cuarta ley, sería esta: "Creé en ello." Esa sí es una de las más importantes, sin duda. Still decía que el solo hecho de tener la intención de sanar ya mueve la fisiología hacia ese camino. Es como visualizar el bienestar. Si el paciente cree, si el osteópata cree, si el entorno acompaña... todo eso activa el sistema inmune y linfático, y el cuerpo empieza a responder. Uno de nuestros grandes investigadores, Irvin Korr —que no era DO, sino fisiólogo— decía que la expectativa de mejoría debería ser la cuarta ley. Aunque suene místico, el pensamiento cambia la química del cuerpo, y hoy la ciencia ya lo demuestra.

Osteopatía: ¡Qué fuerte eso! Entonces Still no veía, por ejemplo, la fiebre como algo malo.

Jason Haxton: Exacto. Él decía que la fiebre es el intento del cuerpo de sanar. Que no había que frenarla necesariamente, porque es el mecanismo natural del cuerpo para “quemar” lo que entró. Y también enseñaba que podíamos percibir los desequilibrios del cuerpo con nuestros cinco sentidos: verlo, olerlo, tocarlo, incluso saborearlo si era necesario. Todo eso era una señal de alerta para él. Si el cuerpo no está funcionando bien, el osteópata tiene que encontrar el qué y el dónde, para poder ayudarlo.

Osteopatía: ¿Still era predicador? ¿O su padre lo era?

Jason Haxton: El padre de Still era médico y también, más tarde, pastor metodista. Era una religión sin iglesia, donde se visitaba a la gente en sus casas para ayudarlos con su cuerpo y con su espíritu. De ahí viene esa visión integral de Still: tratar el cuerpo y el espíritu juntos. Pero él mismo nunca fue predicador. Decía que su religión era: “Amor para todos, justicia para todos.” Una ética muy clara y humana.

Osteopatía: En una charla anterior, me dijiste que Still era una persona muy humilde. ¿Podés contarnos más sobre eso?

Jason Haxton: Sí, él se ocupaba de tener cubiertas sus necesidades básicas, y no quería más que eso. Cazaba su propia comida, cultivaba su jardín. Trabajaba mucho y ganaba bien, pero no lo hacía por el dinero. Una anécdota hermosa: cuando ya no podía calzarse sus botas —las mismas que vemos en todas las fotos—, las tenía guardadas en una habitación y las usaba como caja de ahorros. Cuando venía un paciente sin recursos, le pedía a su esposa que le trajera las botas… y de ahí sacaba dinero para ayudarlo. De hecho, él no quería fundar una escuela. Su plan era vivir una vida simple y estudiar la naturaleza. Pero se dio cuenta de que había demasiada gente para ayudar y un solo cuerpo no alcanzaba, así que se propuso formar a otros para que lo acompañaran en esa misión.

Osteopatía: Jason, ¿existen libros escritos por Still que muestren técnicas o son principalmente filosóficos?

Jason Haxton: Still escribió tres libros, y el último, publicado en 1909, se llama “Research and Practice of Osteopathy”. Es un título que no suena muy atractivo, lo admito (se ríe), pero es una obra maravillosa. Muy filosófica, pero también incluye técnicas y fundamentos clínicos. Él mismo dijo que “todo lo que es osteopatía está en este libro”. Así que podríamos decir que ahí están los cimientos de nuestra profesión.

Osteopatía: ¿Y quiénes creés que fueron los grandes referentes de la osteopatía, tanto en el pasado como en el presente?

Jason Haxton: Uno que casi nunca recibe el crédito que merece es William Smith. Era un médico escocés, formado en una de las escuelas de medicina más prestigiosas de Europa. Vino a Estados Unidos de luna de miel con su esposa, y escuchó hablar de Still. Cuando preguntó dónde había estudiado este “curandero del bosque”, le respondieron que aprendió todo con su padre en la naturaleza. William se burló al principio, pero después lo vio trabajar y quedó fascinado. Decidió quedarse a estudiar con Still y, además, aportó sus conocimientos anatómicos. Fue gracias a él que pudieron estructurar la primera escuela. Sin William Smith, es probable que la osteopatía hubiese desaparecido con Still.

Osteopatía: ¡Entonces todos los demás llegaron gracias a él!

Jason Haxton: Sí, y creo que los Littlejohn eran familia política incluso. Ellos son quienes le enseñan a Still a armar y dirigir una escuela. A partir de allí es que nacen otras escuelas de osteopatía que fueron imitando a la escuela de Kirksville. Gracias a todos ellos se fundaron las bases que sostuvieron la escuela. Más adelante, se sumó Sutherland, en 1899, justo cuando la escuela estaba en pleno crecimiento.

Osteopatía: ¿Y qué diferencia había entre los Littlejohn y Sutherland?

Jason Haxton: (sonríe) Bueno… como pasa en toda familia, hubo choques culturales y los Littlejohn entran en conflicto con los Still. Los Littlejohn eran ingleses, muy académicos y refinados, mientras que los Still eran granjeros del interior de Missouri, (lo dice irónicamente y se rie). Así que había una especie de tensión entre ellos. Finalmente, los Littlejohn se separan y fundan su propia escuela en Chicago, que también fue muy buena. Más adelante, algunos profesores de Kirksville decidieron mudarse a la gran ciudad, y le ofrecen a los Littlejohn comprarles la escuela de Chicago, lo que les permite a ellos volver a Inglaterra, comprar su mansión, no trabajar por 3 años y luego, cuando se quedan sin dinero, entienden que tienen que trabajar y abren una nueva escuela allí siendo una de las raíces de la osteopatía europea.

Osteopatía: ¿Y Viola Frymann?

Jason Haxton: ¡No lo puedo creer! Cuento todo esto y me doy cuenta que soy tan mayor que la conocí personalmente! (ríe). Ella era inglesa, aunque entiendo estudió en California. Su historia con la osteopatía comienza de manera trágica: uno de sus niños muere porque tenía un impedimento para succionar y no pudo alimentarse correctamente. Tiempo después, escucha que Sutherland ayudó a un bebé con el mismo problema. A partir de ahí, se dedica al estudio del cráneo con una fuerza increíble, motivada por el deseo de evitar que otros pasen por el mismo dolor. Afortunadamente tiene otra hija.

Osteopatía: ¿Y alguna anécdota de Viola?

Jason Haxton: ¡Una buenísima! La historia data de 1980 donde teníamos buenas relaciones con Rusia e intercambiábamos conocimiento. Ellos venían a Estados Unidos y aprendían nuestra manera de trabajar y viceversa. Viola Fryman fue una de las primeras en ir a Rusia. Cuando se encuentra allí explicando osteopatía, los doctores que atendían el seminario se comienzan a mirar entre ellos ya que no entendían de qué estaba hablando, por lo que le piden si puede mostrar algo osteopatía. Cuando ella hace la demostración, se dan cuenta que hay un gran malentendido. Ellos habían malinterpretado osteopatía y ¡creían que era cirugía ortopedica! Los doctores rusos la llevaron a un orfanato donde había todos niños con disfunciones en su caminar y le pidieron, pensando que tenia que ver con cirugía ortopédica, que muestre lo que hacia, a lo que ella los mira con seriedad y les dice: “¡estos niños están muy críticos! ¡Necesitan cirugía!” De todas maneras, atiende a los niños y, en particular, trabaja sobre el miembro inferior de un niño el cual logra, de manera muy dificultosa, levantarse de la cama y caminar, lo que resultó milagroso para los Rusos. Así logró atraer su atención. Era más impresionante que una cirugía ortopédica, ¡lo hizo con sus propias manos! A partir de allí hay escuela de osteopatía en Rusia.

Osteopatía: Tenemos una última pregunta para vos, Jason. ¿Qué pensás de la osteopatía a nivel mundial? ¿Creés que está evolucionando?

Jason Haxton: Agradezco profundamente que hoy la osteopatía sea global. Lo que más me gusta es que, quienes la practican, creen genuinamente en ella. Por supuesto, como toda profesión, tiene sus altibajos, pero las habilidades están presentes y se están fortaleciendo. He estado en Australia, Brasil, Francia, Alemania, y en todos lados veo buenos osteópatas, comprometidos, que hacen un gran trabajo. El problema, muchas veces, no es la osteopatía en sí, sino la política que se arma alrededor. Algunos fisiatras o especialistas luchan para mantener sus territorios profesionales, lo que genera tensión y resistencia. Pero la realidad es que la osteopatía sigue creciendo rápidamente. En Estados Unidos, por ejemplo, el 25% de los médicos también son DO (osteópatas). ¡Uno de cada cuatro! Eso es muchísimo. A medida que seguimos creciendo y siendo aceptados dentro del sistema de salud, esto fortalece a la osteopatía en todo el mundo. Personalmente, veo un futuro muy prometedor.

Osteopatía: ¿Creés que deberíamos tener en cuenta a la osteopatía también como una herramienta de prevención?

Jason Haxton: ¡Absolutamente! Still decía que la prevención de la enfermedad es la verdadera salud. Entonces hay que cuidarse, comer bien, dormir bien, y claro, la osteopatía debería formar parte de ese estilo de vida. Ya se empieza a ver una nueva tendencia que prioriza el bienestar, el equilibrio, el cuidado personal. Hoy muchas personas buscan terapias que los ayuden antes de que aparezca una patología, y eso es algo que la osteopatía puede ofrecer de manera maravillosa.

Osteopatía: Jason, muchísimas gracias por esta oportunidad. Ha sido una charla increíble. ¿Cuándo podríamos tenerte en Argentina?

Jason Haxton: ¡Cuando armen una conferencia, estoy ahí sin problema! Mientras tanto, los invito a que vengan ustedes a Kirksville, al museo, al campus. ¡Los vamos a recibir con los brazos abiertos!

Osteopatía: ¡Dalo por hecho! Gracias de corazón.

Con esta entrevista exclusiva a Jason Haxton, director del Museo de Osteopatía en Kirksville, cerramos un viaje apasionante por la historia, la filosofía y el futuro de la osteopatía. Su visión, tan humana como profunda, nos invita a recordar las raíces, pero también a imaginar nuevos horizontes para la profesión.

Desde la Revista Osteopatía, Arte y Ciencia, agradecemos profundamente su tiempo, su calidez y su conocimiento. Y a vos, lector, te invitamos a seguir explorando este camino que, como dice Jason… es simplemente mágico

Entrevista a JASON HAXTON DO

por Clarisa Dandolo DO